Discapacidad o Diversidad Funcional ¿Con qué etiqueta nos quedamos?
Antes de empezar deberíamos de definir los dos términos.
¿Qué es la diversidad funcional?
Es un término propuesto en Enero de 2005 por Javier Romañach Cabrero en el Foro de vida independiente y lo define como:
"La diferencia de funcionamiento de una persona al
realizar las tareas habituales (desplazarse, leer, andar, estudiar, relacionarse,
etc.) de manera diferente de la población.”
Esta definición quiere decir que todos tenemos nuestra propia diversidad funcional ya que dado que en la sociedad existen personas con capacidades diferentes entre sí, incluso grandes variaciones de éstas en un mismo individuo a lo largo de su vida.
¿Qué es la discapacidad?
Según la Organización Mundial de la
Salud (OMS) es un término que abarca las deficiencias, limitaciones de la
actividad y restricciones de la participación.
Discapacidad = Personas con menos capacidades
El término “personas con discapacidad” es el oficial que suele aparecer en aspectos legales y difundidos en normas. Con el término de diversidad funcional se quiere superar el término de discapacidad.
¿Cuál es mejor?
Una vez aclarado los dos términos, vamos a observar como repercuten cada uno en la sociedad.
La diversidad funcional se observa desde un prisma positivo de la discapacidad hablando de diferentes capacidades, no de deficiencias, limitaciones o restricciones y, así, evitamos la diferenciación negativa como minusválido (menos valido).
En definitiva, el término de diversidad funcional nos ayuda a tener una terminología más positiva para referirnos a personas que tienen una afección incapacitante.
Personalmente, las etiquetas sirven para preestablecer unos estándares sociales que distan mucho a lo que pienso de cada persona, simplemente prefiero llamar a la persona por su nombre y descubrir sus capacidades.
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